jueves, 19 de marzo de 2009

Trajeron el sonido de Cuba

Llegaron como muchos migrantes.

Entraron por San Ysidro, aunque ellos no cruzaron por el cerro, sólo caminaron por la garita.


Los miembros cubanos del grupo 3 de la Habana, que en realidad son seis, primero viajaron a Cancún, ahí iban a establecerse, pero luego decidieron venir hasta los Estados Unidos en diciembre del 2007.


Los cubanos pueden entrar al país y pedir aquí asilo, pero dar ese paso no es fácil, pues amigos, familia y toda una vida de recuerdos y desarrollo artístico de esta banda se quedaron en la isla. Sólo uno de los siete miembros originales decidió regresar a Cuba.


Y ahora Germán David Pinelli, de 35 años, habló con Enlace de la trayectoria del grupo que acaba de lanzar al mercado Llegó el momento, su primer álbum producido en los Estados Unidos y el cuarto de su carrera.


Además de Germán Pinelli, el grupo está formado por su esposa Ana María Páez, su hermano Ari Pinelli —que forman el corazón del grupo y le dan nombre—, y por otros tres miembros, entre los que se encuentra el hijo de María y la novia de éste.


El grupo interpreta una fusión de géneros, pero quizá porque relativamente acaba de llegar de Cuba, su sonido es aún muy auténtico y arraigado en los sonidos clásicos cubanos que van de la música bailable a los boleros y a las letras poéticas de la música de trova.

Las canciones son sentidas, sabrosas y comunican incluso una especie de inocencia que les confiere un encanto que ojalá no se pierda en las siguientes producciones del grupo. Todo esto además, expresado con una clara calidad musical tanto en la interpretación como en la composición.


Las canciones de este álbum, salvo una, han sido compuestas por Germán Pinelli, Ari Pinelli, Páez y Toni Pinelli.


Antes de ingresar al país, 3 de la Habana llevó su música a países como México, Canadá, Australia, Colombia, Grecia, España e Italia, entre otros. Los músicos actualmente viven en Miami, “que es una extensión de Cuba”, dice Germán Pinelli. Y en las siguientes semanas iniciarán una gira de promoción por diferentes ciudades estadounidenses.


En el álbum, Llegó el momento, se acuña una variedad de ritmos. La Cenicienta, que abre la colección, hace pensar en las canciones de trova de Silvio Rodríguez, pero luego otras piezas suenan a baladas, como Sueños del alma; salsa, como en S.O.S.; y hay boleros interpretados a capela con un trío de voces, como en Lágrimas negras. Y no falta hasta el reggaetón, qué más bien es cubatón, dice Germán y que es el sencillo La Perdida.


La variedad no se debe a falta de dirección, explica el músico, sino más bien a que el grupo quiso dar una muestra de la amplia gama musical que cubren.


“Tratamos de representar mucho amor, cómo somos y plasmar las cosas que hacemos.”




Fuente:
MiEnlance.com

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