People en Español
2009
Entraron por San Ysidro, aunque ellos no cruzaron por el cerro, sólo caminaron por la garita.
Los miembros cubanos del grupo 3 de la Habana, que en realidad son seis, primero viajaron a Cancún, ahí iban a establecerse, pero luego decidieron venir hasta los Estados Unidos en diciembre del 2007.
Los cubanos pueden entrar al país y pedir aquí asilo, pero dar ese paso no es fácil, pues amigos, familia y toda una vida de recuerdos y desarrollo artístico de esta banda se quedaron en la isla. Sólo uno de los siete miembros originales decidió regresar a Cuba.
Y ahora Germán David Pinelli, de 35 años, habló con Enlace de la trayectoria del grupo que acaba de lanzar al mercado Llegó el momento, su primer álbum producido en los Estados Unidos y el cuarto de su carrera.
Además de Germán Pinelli, el grupo está formado por su esposa Ana María Páez, su hermano Ari Pinelli —que forman el corazón del grupo y le dan nombre—, y por otros tres miembros, entre los que se encuentra el hijo de María y la novia de éste.
El grupo interpreta una fusión de géneros, pero quizá porque relativamente acaba de llegar de Cuba, su sonido es aún muy auténtico y arraigado en los sonidos clásicos cubanos que van de la música bailable a los boleros y a las letras poéticas de la música de trova.
Las canciones son sentidas, sabrosas y comunican incluso una especie de inocencia que les confiere un encanto que ojalá no se pierda en las siguientes producciones del grupo. Todo esto además, expresado con una clara calidad musical tanto en la interpretación como en la composición.
Las canciones de este álbum, salvo una, han sido compuestas por Germán Pinelli, Ari Pinelli, Páez y Toni Pinelli.
Antes de ingresar al país, 3 de la Habana llevó su música a países como México, Canadá, Australia, Colombia, Grecia, España e Italia, entre otros. Los músicos actualmente viven en Miami, “que es una extensión de Cuba”, dice Germán Pinelli. Y en las siguientes semanas iniciarán una gira de promoción por diferentes ciudades estadounidenses.
En el álbum, Llegó el momento, se acuña una variedad de ritmos. La Cenicienta, que abre la colección, hace pensar en las canciones de trova de Silvio Rodríguez, pero luego otras piezas suenan a baladas, como Sueños del alma; salsa, como en S.O.S.; y hay boleros interpretados a capela con un trío de voces, como en Lágrimas negras. Y no falta hasta el reggaetón, qué más bien es cubatón, dice Germán y que es el sencillo La Perdida.
La variedad no se debe a falta de dirección, explica el músico, sino más bien a que el grupo quiso dar una muestra de la amplia gama musical que cubren.
Six months ago, fusion band 3 de Habana was playing to crowds at the historic Cafe Cantante inside the National Theater of Cuba. The admission fee of a Cuban peso allowed locals to enjoy their music every Wednesday afternoon for the past 13 years.
Last December, the band decided to leave the island and continue their work in the United States. Bandleader Germán David Pinelli, spoke to Extra Newspaper about the band’s rich history and new beginnings.
“There’s always a nostalgia for the following we left behind in La Havana. It was very important for us to charge in the currency of the people because in the end, it’s their vote that counts,” Pinelli said. “There are many different bands and orchestras in Cuba for us to play week after week – crowds of over 500 people was a very rewarding challenge.”
Pinelli credits their success to the strong family ties within the band. His wife Ana Maria Paez and his younger sibling Ari complete the trio while other family members join in with various instruments.
“People like seeing a family working together to make music on stage,” Pinelli said. “Along with that, our repertoire covers a lot of music and several different genres. Lyrically, we like to sing about social issues and things we like and don’t